23 septiembre 2008

Plan de Estudios 1991

Aunque al Plan de estudios se le habían hecho pequeñas modificaciones en varias ocasiones, para 1990 estaba vigente el proyecto de 1986. Con un total de 320 créditos, contaba con las Áreas de Historia de México, Historia Universal, Economía Política, Formación Teórica, Metodológica y de Apoyo[1], pero que ya no satisfacían más a los profesores y que por sus escuetos resultados (un sólo titulado para 1991) hacían reflexionar sobre las perspectivas de la licenciatura[2].
A partir de un diagnóstico se llegó a la conclusión de que el Plan era el causante de los males: era tradicional, no existía relación de las materias del mismo semestre y había debilidades metodológicas. Además, el excesivo número de materias (48 en total) suponía al alumno de tiempo completo y en un papel pasivo, de memorización y no de creación. Se consideraba que el plan tenía “una seria deficiencia formativa ya que ese afán por cubrirlo “todo” se ha quedado en los aspectos formales-formativos, marginando a la necesidad de dotar al alumno de una amplia capacidad de trabajo personal extra-escolar y al desarrollo de sus aptitudes para el trabajo grupal o colectivo”[3].
De esta forma, se decidió que el perfil de egreso debería determinar los cambios que se harían al Plan de estudios, y así se contemplaron “las tareas que actualmente desempeñan los historiadores en el ejercicio de la profesión y de las posibilidades que presenta el mercado de trabajo” tanto como “las necesidades que tiene el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el país de estos profesionistas”[4].
Después de tres años en que duró una larga discusión en foros y en otros espacios, el Plan de Estudios de 1991 es resultado de varias negociaciones entre distintas corrientes historiográficas y teóricas, defendidas al interior de la Academia por los profesores de tiempo completo, así como la participación de muchos otros profesores hora semana mes y estudiantes.
Por tanto, el Plan de Estudios 1991 quedó conformado de la manera que ahora lo conocemos, con las Áreas Teórica (subdividida en Teorías de la Historia e Historiografía), Informativa (subdividida en Historia de México y Europa y el Mundo), Investigación (subdividida en Metodológica e Investigación) y de Extensión; pero con un total de 280 créditos.
El objetivo del plan, arguye dicho documento, es “la formación de profesionistas que pueden desempeñarse en el oficio de historiador, investigando, enseñando y difundiendo la historia de México y de otras sociedades desde una perspectiva crítica”, para lo cual “la curricula debe proporcionar, de acuerdo a las características generales de los estudiantes y el perfil del egresado, los conocimientos teóricos y prácticos necesarios [...] además, favorecer el desarrollo de las aptitudes que implica el trabajo interdisciplinario, en particular con las ciencias antropológicas”[5].
Pero la larga discusión para llegar al nuevo Plan fomentó una mirada crítica y amplia sobre los aspectos históricos, además de abrirse campo a una conciliación interna. Esto se puede apreciar en la descripción de las áreas.
Por ejemplo, se dice que en el área Teórica se abordarán las distintas posturas y corrientes contemporáneas en la disciplina, lo cual permitirá “que se desarrolle la discusión entre las diferentes posturas de la licenciatura” (p. 1). De la misma forma, el área de Historiografía buscaría que con el conocimiento de “la producción historiográfica de las diferentes épocas y corrientes teóricas estudiadas [...] el alumno se forme una posición crítica con respecto al trabajo del historiador” (p. 2). En el área de Historia de México, se advierte que la “orientación del área estará guiada por la Historia Social”; Europa y el Mundo por su lado, “pretende dar una visión crítica con respecto a la universalización de la historia del papel que han jugado Europa y los Estados Unidos en este proceso”.
El área de investigación indica que sea un “espacio en donde se sintetice el resto del conocimiento adquirido. En ella se revisarán las diferentes maneras en que se realiza el tratamiento de fuentes y la elaboración de un diseño de investigación histórica, para que en una segunda etapa los estudiantes estén en condiciones de desarrollar una investigación. El trabajo del área debe culminar con la elaboración de la tesis. El área debe estructurarse a través de proyectos de investigación formativa de factura colectiva, interdisciplinaria o por docente, elaborados en base a criterios comunes que permiten ir centralizando el esfuerzo reconstructivo y nutran el resto de áreas del plan”.
Finalmente, el área de Extensión indica que “los alumnos podrán desarrollar trabajo extra aula, vital para la formación de profesionistas académicamente sólidos. Las actividades a desarrollar son las de obtener conocimiento y manejo de las instituciones de acervo histórico, dinámicas de grupo, hábitos de lectura, participación en seminarios o conferencias, cursos de especialización. El área deberá resultar muy flexible y en ella se incorporará todo tipo de apoyo pedagógico para los estudiantes”.
Para contribuir con una exacta aplicación de los objetivos arriba reseñados, se concibió a los contenidos mínimos[6], con el cual se trabajará en los siguientes rubros.
[1] Para un análisis más detallado de este Plan de Estudios, consultar Orlando O. Arreola Rosas y Juan de Dios Quintana Vista, Op. Cit., Cap. III, apartado II “El Plan de estudios de 1980 vigente en la licenciatura en Historia hasta 1990”, pp. 178-205.
[2] “Documento de discusión que presenta la Comisión del Proyecto de Reestructuración Académica de la Licenciatura en Historia para el Foro de la Especialidad”, s/f, inédito, p. 1.
[3] Ibid, pp. 7-8.
[4] “Propuesta de Reestructuración curricular de la Licenciatura en Historia de la ENAH que presentan para su discusión los profesores de Tiempo Completo”, s/f, inédito, p. 1.
[5] “Objetivos de la Licenciatura”, s/f, inédito, p. 1.
[6] “Contenidos mínimos. Historia”, s/f, inédito.

No hay comentarios: